Los repositorios y las fuentes de información digital nos permiten encontrar en un mismo espacio grandes cantidades de información en distintos formatos (documentos, audios, videos). En la actualidad sólo se necesita de una computadora con acceso a internet para poder entrar en contacto con toda esa información. Para los investigadores, este avance tecnológico abre una nueva oportunidad ya que les permite tener disponible la información en tiempo real desde cualquier ubicación.
Ahora bien, la digitalización se vuelve más popular cada día, pero no podemos decir aún que toda la informcación pueda ser accesada de manera electrónica. Muchos textos antiguos o especializados aún no se encuentran disponibles en la red, aunque con la información que sí podemos encontrar, estamos en la posibilidad de efectuar una investigación documental completa.
Por otro lado, como comenté en mi última entrada, incluso los investigadores se enfrentan a un gran reto. La cantidad de información es tan grande que es necesario desarrollar habilidades que les ayuden a discernir entre aquellos datos irrelevantes de aquellos relevantes. Aunque si consiguen hacerse de las estratégias mentales y las herramientas tecnológicas necesarias pueden sacar muchísimo provecho de esta oportunidad.
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3 comentarios:
Bueno, como ya comenté antes, los cambios de tipo cualitativo con relación a la disponibilidad de materiales digitalizados carecen de significado por si mismos. No es dificil perderse en la maraña de información que la red nos ofrece. El viejo dilema información vs conocimiento permanece abierto. Lo esencial no es cuanta más información está disponible o no en la red, sino como convertimos ésta en conocimiento útil y transformador.
Coincido con Mario en que lo importante es el uso que hagamos de la información para que resulte en una aportación relevante, que desde mi punto de vista es lo que se pretende alcanzar con la investigación documental. Este objetivo puede ser alcanzado ya sea por medios electrónicos o por medios impresos. Igual me parece que lo mismo nos podemos "perder" buscando información en la red que en una biblioteca y que nuestra capacidad para discernir en cuanto a la relevancia del material en cualquier caso es indispensable.
Para mí, la ventaja más importante está dada por el ahorro en tiempo y espacio que la red y la adecuada utilización de las herramientas electrónicas proporcionan.
Un aspecto que me parece muy interesante y que creo que los documentos impresos no proporcionan es la interacción con otros usuarios. Este aspecto de la información digital enriquece las discusiones y las temáticas con una rapidez a la que los documentos impresos no pueden aspirar.
Si tomamos en cuenta que un repositorio es un depósito o lugar donde se guarda algo, que en este caso es información digital, entonces la importancia del repositorio es idéntica a la que antaño y actualmente siguen teniendo las bibliotecas, que es el resguardo de información; con la ventaja de que la información digital resguardada en el repositorio no tiene la caducidad que en su momento puede llegar a tener el papel con el que se confeccionan los libros, ni ocupan el espacio, en ocasiones bastante voluminoso, de las estanterías de biblioteca llenas de libros.
Culturalmente es importante que el conocimiento por tantos años generado por el hombre, guardado y entregado a sus descendientes, siga el mismo camino tanto como sea posible. Cada generación de hombres y mujeres se encargan de recibir los conocimientos legados por sus antepasados, asimilarlos, mejorarlos e incrementarlos. Las bibliotecas servían y sirven para estos fines de forma muy eficiente, entre otras cosas, ya que hay que considerar también a tradición oral.
Actualmente seguimos teniendo todo lo anterior, salvo que ahora hay que sumar a los repositorios (y a todo lo computacional: internet, libros digitales, páginas web, correos electrónicos, etc.), fuente de información donde el hombre busca y encuentra. Sin embargo, con los repositorios y toda la información digital está pasando algo parecido a lo que en su momento sucedió con el libro, ya que se le consideró una forma elitista de transmisión de cultura, a la que sólo algunos privilegiados podían acceder, primero, porque sabían leer (cosa que no todos podían), y en segundo lugar, los libros tampoco eran muy accesibles para todos en vista de sus precios altos. Ahora el libro se ha democratizado; pero comenzamos una nueva historia, aunque parecida a la anterior, con la información digital, ya que en este momento el acceso a su información resguardada está reservada a una élite económica y tecnológica (sólo con una computadora se decodifica la información digital), lo que también representa un cierto elitismo, aunque con visos bastante claros de futura y cercana democratización.
En resumen, esta alternativa que se nos presenta para el resguardo de nuestra información, no es nada desdeñable, al contrario, que aunque presenta algunas defectos relacionados con la accesibilidad hacia la información por parte de los usuarios, tiene tantas ventajas que seguramente tarde o temprano se impondrá a lo analógico, o cuando menos convivirá y se complementará.
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